Estos días estoy dedicando mi tiempo libre al ocio puro y duro, a disfrutar del trabajo de otros en vez de trabajar en nuevos mini-proyectos personales. Por ejemplo, me acabo de terminar la segunda parte de Runaway, y la verdad es que me han entrado ganas de hablar un poco sobre ella.
La primera parte me la pasé sin ningún tipo de ayuda y me imaginaba que podría hacer lo mismo con la segunda. Pero desgraciadamente no ha podido ser. La aventura tiene seís capítulos y al final he tenido que echar mano del sistema de pistas en dos ocasiones, una para el capítulo 5 y otra para el capítulo 6. La primera vez fue porque no encontraba la forma de continuar; llegué a uno de esos momentos en los que empiezas a probar compulsivamente todos los objetos con todos los elementos de los escenarios a ver si suena la flauta por casualidad. La verdad es que la clave para continuar era una combinación «rarita» y no me arrepiento de haberla mirado. La segunda vez en cambio fue porque estaba seguro de que me faltaba un objeto que no encontraba por ningún sitio, ¡y tenía razón!. No me gustan que me escondan los objetos. Una cosa es que sean difíciles de ver, pero otra es que estén escondidos del todo.
Por lo demás la dificultad me ha parecido bien medida, al menos para los que tenemos una experiencia previa con este tipo de juegos. Los primeros capítulos aceptables, para que te engaches a la aventura y a la historia. Los últimos un poco más complicados para que sea una cuestión de orgullo terminárselos, más que porque la historia te quite el sueño.
Si soy sincero, los personajes de la serie siempre me han parecido un poco sosos, soportables, peros sosos. Y eso sin mencionar la nula química existente entre «Gina» y «Brian». Nada, que no los veo juntos. Es más, personalmente creo que el personaje de «Joshua» ha empezado a restarle protagonismo al propio «Brian», ha sido un acierto tremendo haberlo rescatado para esta segunda entrega, claro que el argumento de la historia se lo ha puesto facil. Pero sin dudas la gran sorpresa en cuanto a personajes para mi han sido «Little Demon» y «Koala». Y lo más increible es que me enganchado a pesar de que no sueltan ni una sola palabra en todo el juego. Están muy bien definidos, de forma que resultan muy puros en sus reacciones. Amén de las increibles animaciones en las que se apoyan para darles vida. Creo que son los más originales del todo juego, apartándose de los clichés de «marine descerebrado», «rafta fumeta», «mala malísima», …, que no aportan ninguna novedad ni aliciente para continuar la aventura. Claro que inventar personajes así está dentro de la parte dificil del asunto; conseguir dos de esos debe hacer que merezca la pena el esfuerzo. Como consumidor en potencia: ¡quiero más!.
De los gráficos poco que decir. En la línea de la serie. Muy personales y con un estilo propio facil de identificar. Lo más conseguido desde mi punto de vista son las animaciones, espectaculares la mayoría de ellas, muy realistas. Es un gusto ver como se mueven los personajes, sobre todo en algunos momentos que deben realizar acciones más o menos complicadas para superar obstáculos, y como al alejarse en la distancia siguen viéndose perfectamente definidos. Mucho mimo en todo el apartado gráfico en general, con unas escenas acuáticas que me han gustado mucho, aunque desgraciadamente sean cinemáticas y sólo asistamos a ellas como meros espectadores.
El total de las animaciones creadas para esta segunda parte está rondando la hora, y eso da idea de la cantidad ingente de trabajo que ha tenido que hacer Pendulo Studios para desarrollar el juego. Y es que desde fuera es facil pensar que a estas alturas las herramientas software de desarrollo de la aventura las tendrán bien depuradas, y el trabajo principal recaerá en la elaboración de los gráficos y animaciones. De hecho, un trabajo comparable a la creación de una película de dibujos animados.
Y hablando de películas, no me resisto a comentar las continuas referencias a películas que hay en el juego. Unas pocas me parece bien, al fin y al cabo forman parte de nuestra cultura, son elementos fáciles de identificar, y resulta fácil que nosotros mismos nos identifiquemos con algunas de ellas, pero a la larga cansan. Si hasta incluso se han atrevido con su propia versión del famoso gag de los tatuajes de «Colega, ¿donde está mi coche?». Y por si faltaba algo se han marcado su propio homenaje a «Monkey Island» con grog y pollo de goma con polea dentro incluidos. El propio microcosmos que ellos mismos están creando debería servirles como fuente de ideas en vez de recurrir tanto al mundo exterior en busca de ellas. Aunque como buenos cinéfilos que parecen ser, va a ser dificil evitar los continuos guiños a la gran pantalla. Pero, ¿a quién no le gusta un buen remake?
En el apartado técnico, comentar que al seleccionar uno de los objetos se puede leer «PHRASE NOT FOUND 14-8» (un problemilla con la traducción, supongo), y que se me ha colgado dos veces. Una de ellas en un momento crítico, cuando acababa de resolver un problema y estaba eufórico viendo una secuencia cinemática nueva. Estas cosas te dan un bajón …
Lo que está claro es que habrá Runaway 3. No sólo porque la propia Pendulo lo ha dicho, ni porque haya bocetos de lo que están preparando en el pequeño cuaderno de arte que viene con el juego, sino por el final de esta nueva entrega te deja con la miel en los labios. Como estrategía de marketing para asegurar ventas futuras no es mala idea, pero resulta un poco frustrante como jugador la sensación de no llegar a ninguna parte. Es como si hubieran intentado abarcar más de la cuenta en un principio y finalmente hayan decidido dividir la idea original en más de un proyecto.
«Da que pensar, ¿eh?»